Antonio Buero Vallejo en su obra La fundación nos hablaba que la vida es una fundación dentro de una fundación dentro de otra fundación, etc. Spoiler de hace cincuenta años: la supuesta fundación, un lugar para el avance de la sociedad científico-cultural, en realidad es una cárcel, y todo aquello era producido por la imaginación del protagonista para no volverse loco. La conclusión del autor era que aunque salgas de la cárcel, estas igualmente metido en una cárcel mayor, y si sales de esa estás en otra aún mayor todavía.
Creo que pasa algo así en la vida real, pero con el modelo de los institutos de secundaria. En los institutos se enseña la Educación Secundaria Obligatoria, es decir, que obligan a los chavales a ir a clase por ley. Pasan una serie de horas haciendo tareas repetitivas, con un descanso entre medias en un centro determinado y supervisados por otras personas. Después de pasar por ahí hay dos opciones, seguir estudiando pasando por tareas repetitivas, con un descanso entre medias en un centro determinado (universidad o seguir en el instituto haciendo formación profesional) supervisados por otras personas, o buscar curro haciendo tareas repetitivas, con un descanso entre medias en un centro determinado supervisados por otras personas. Al final es lo mismo.
Las tipologías de persona también se repiten. Yo, por ejemplo, soy un friki en mi curro, en la universidad y en el instituto. Pero hay una tipología que me ha llamado la atención, y es la de malote. Un malote es una persona que, en el instituto, iba de duro, pero al final no deja de ser uno mas. Veo así a mucha gente, y no solo eso, sino que yo entré al trapo. Vale que tengo un aspecto de vikingo porque me flipé con la serie homónima, pero en parte también para que se me respete aunque no tiene ese efecto. Ponerse serio en las fotos, alardear de cuando le plantó cara a no se quien, ser el que mas bebe o se droga, hacer el subnormal para dejar claro quien manda o hacer pequeñas cosas ilegales con la seguridad de que no le van a pillar son algunas de tantas cosas que hacen. Pero que no os engañen. Todo ese rollo agresivo al final es pura fachada. Yo a estas alturas, con los huevos negros, ya me da igual. A veces me río de ellos en su cara, y no hay consecuencias. Otras las ninguneo, prefiero no perder el tiempo. Pero el intento de imponerse a la fuerza en plan machote como pasaba en el instituto ya no hace efecto.
Lo peor es que esto ha pasado de lo real a la ficción, y se ve por todos lados como un modelo a seguir, bueno, mas o menos, como una especie de filosofía. ¿Quién no quiere ser como Batman? Todo el día con el ceño fruncido siendo el que manda en Gotham. Me acuerdo de un póster de la serie The Walking Dead, en el que todos los protas estaban mirando al infinito con el ceño fruncido. Yo lo describí como "gente seria haciendo cosas". Pero siendo realistas, creo que estarían cagados de miedo, intentando sobrevivir como puedan en vez de con una actitud de que aquí manda mi polla. Se ve en todos los héroes, el bueno con cara y pose de malo.
Después de todo esto, todos vamos de malos cuando somos cada uno de una manera. Personalmente creo que soy lo opuesto a eso. No lo digo en plan rebelde ni nada de eso. Pero si que he adoptado una forma de ser que no pega conmigo y que no soy así vamos. Y se ve por todos lados, en vez de ser cada uno como es, todo el mundo va con esa coraza en plan, a mi no me chulees que te pego. Pero eso no solo es un espejismo, sino que es ridículo. Creo que es mas satisfactorio ser como uno es, yo lo estoy probando y voy feliz al curro. Hacía años que no iba feliz. Y si me chulean pues me defiendo, pero no voy proagresivo. Hay que superar la etapa del instituto, para dejarse de historias y empezar a vivir.
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