jueves, 15 de febrero de 2024

alarma de cabrones

Los jueves y los viernes en el curro son un poco diferentes para mí. No es que "sea viernes y el cuerpo lo sabe", pero va de que el cuerpo sabe cosas.

Hace un tiempo conocí a un ser... humano, claro, que me lo hizo pasar mal. Lo que hacía era hacerme entender que sentía algo por mí, y yo, bobo perdido, estaba que no cagaba con ella. Tras unos rifirrafes me declaré a ella, y ella se rió de mí, me dijo que me consideraba un amigo, pero que si llegaba el momento, podíamos seguir siendo algo mas. Había cosas constantemente que me chirriaban, pero esto fue lo que me reactivó la alarma de cabrones que tengo en el cuerpo, la que avisa que ciertas personas no son de fiar. Seguimos siendo amigos, pero había cosas que activaban esa alarma. Una era que, de vez en cuando y sin motivo alguno, me decía que me quería, sin habérmelo dicho nunca, y por otro lado se agarraba a mi brazo, también sin motivo, arrimándose mucho, demasiado. 

La alarma se me puso a tope cuando, en una ocasión en el curro me mandó a hacer una tarea sin necesidad, sin pedírmelo directamente, es decir, usando la pena para manipularme, y por supuesto ignorándome después. Tras unos días le dije que era una persona manipuladora y mentirosa y que no quiero tenerla en mi vida. Y hasta el día de hoy. Así funciona la alarma de cabrones.

He tardado en darme cuenta que, cada jueves y viernes, cuando la veo, lo que me pasa es que se me activa la alarma de cabrones. Me pongo inquieto y en alerta. Realmente no hay un peligro como tal, pero como tuve una horrible experiencia con ese ser... humano, se me activa. No es la única persona con la que se me ha activado desde entonces, y siempre he acertado. Es el aviso que me da mi propio cuerpo para alejarme de ciertas personas. Antes directamente no me daba, la tenía apagada, trataba de agradar a todo el mundo para que no hubiera conflictos. Ahora la alarma se activa, dejo las cosas claras y me alejo lo que puedo de ese tipo de personas que se aprovechan de los demás, de ahí el nombre de alarma de cabrones.

No es una sensación agradable, ya que lo que pide el cuerpo es alejarse lo mas posible de esta peña, pero, por necesidad y normas sociales es imposible. Y como desactivarla me cuesta caro, hay que convivir con ella. Lo que hago es, en la medida de lo posible cuando me doy cuenta que está activada, me mentalizo en que lo que me pasa es que tengo la alarma activada, y no que estoy obsesionado o que no puedo olvidar esa mala experiencia, para que la alarma baje un par de tonos la intensidad, pero no se apague. Muchas veces, sentir cosas negativas no es tan malo, solo hay que encontrar el motivo.

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