miércoles, 14 de agosto de 2024

En defensa del estoicismo

Últimamente he estado observando por internet que esta habiendo argumentos en contra de la filosofía estoica. Por un lado, se comenta que es como un manual para hombres muy machos, con unas recetas muy sencillas. Por otro que es una filosofía que reprime y hace a la gente fría. Nada mas lejos de la realidad, o al menos tal como yo lo entiendo, que lo mismo estoy bieninterpretando este pensamiento cuando realmente es como dicen.

Yo apenas he estudiado filosofía en el instituto, y de eso hace ya un buen trecho, y ni por asomo se daba a los estoicos. Sin embargo me entró curiosidad por un podcast de un superdotado que había escrito un libro acerca de esta escuela de pensamiento, y con lo que explicaba me picó y me lo compré. El libro, que siempre que sale el tema lo recomiendo, es El pequeño libro de la filosofía estoica. En él, los autores, ya que no es solo el del podcast, explican el contexto histórico, las premisas de esta filosofía, y comentan la vida de los principales autores clásicos, para tener una visión mas o menos global, aunque resumida en poco mas de 200 páginas, así que faltarán cosas, de la filosofía de la que estoy hablando. Las premisas básicas son:

- La filosofía estoica busca la tranquilidad, para ello hay que... 

- Vivir según la naturaleza.

- Aceptar las cosas como son.

- No intentar controlar lo que no se puede controlar.

- Resolver los problemas que estén al alcance.

- Asumir que todo acaba, incluso la vida.

- Asumir que las cosas no tienen porque salir bien.

- Reflexionar lo que ha pasado en el día.

Incluso yo lo resumiría en las tres primeras: según los estoicos clásicos, para vivir tranquilo hay que vivir según la naturaleza y aceptar las cosas como son. Las demás se deducen de la segunda y la tercera.

En un principio, cuando uno quiere aplicar todo esto, se flipa y quiere controlar constantemente las emociones, eso no lo dudo. Pero cuando ve que no es posible, vuelve a revisar como iba esto. A mí me pasó, repasé las premisas y me di cuenta de que no estaba aplicando realmente la filosofía estoica, ya que si me forzaba a estar tranquilo en vez de dejar en paz mis emociones, no estaba viviendo acorde a la naturaleza. De hecho, tampoco aceptaba las cosas tal como son, ya que intentaba cambiar como me sentía.

Frente a que digan que es un manual simple para hombres muy machos, decir que no es eso lo que se busca en esta filosofía, mas bien la de no tener la cabeza a mil cosas y tratar de pensar lo mas sencillamente posible, tanto hombres como mujeres.

Frente a que digan que reprime emociones, solo si se toma de forma superficial, si se piensa un poco y se toma de forma incluso literal, uno se da cuenta de que no hay que dejar de sentir nada, simplemente observar, casi como meditar.

Lo digo yo, que ni soy filósofo ni soy na, que no se ni si soy estoico, aunque siga muchas de las pautas de esta filosofía y que me he leído apenas dos libros, y ojeado tres, pero que tampoco hace falta mas. Es un pensamiento que puede que sea tan sencillo que cueste entenderse. No creo que esto le cambie nada a nadie, pero tenía que contarlo y quedarme a gusto.

jueves, 8 de agosto de 2024

La manilla de la puerta de mi coche: como pongo a los demás por encima mío

En vacaciones me pasó algo curioso. En el camping donde me alojaba me tocó una parcela para instalar mi tienda un poco apartada, en la que se metía y se sacaba el coche por otra puerta. Era una puerta típica de verja, con dos alas por donde cabía de sobra mi coche, y daba desde el camping hasta el aparcamiento de la playa de Oriñón, el cual esta bastante lleno de coches y caravanas.

Una de las veces en las que voy a meter el coche, me ayudan las buenas gentes del camping y me abren una de las puertas y me dice que por ahí paso. Y, ciertamente, paso, un poco justo, pero sin problemas, y sin bajarme del coche.

En la parte de fuera, la puerta tenía un cartel de prohibido aparcar, y además había un cono por allí, para que nadie aparque al lado de la puerta e impida salir o entrar a los del camping. Pues uno o dos días después me decido a visitar Santander y tengo que sacar el coche. Abro una de las puertas, por donde se que el coche pasa justo pero bien, y lo saco esquivando el cono.

Suena como me estoy llevando una parte del coche contra el marco de la puerta. Mi cara es un poema. Tiro para atrás y vuelve a sonar. No me atrevo a mirar. Quito el cono y saco el coche con mucho cuidado. Sigo sin atreverme a mirar. Cierro la puerta y miro que ha pasado: la manilla de la puerta del copiloto se ha quedado sin pintura. No es tan grave como pensaba, pero ya me ha jodido el día.

Uno o dos días después se me vino a la cabeza: por no quitar el cono he jodido mi coche, como con la gente, por no apartarla de mi vida, al final acabo yo haciéndome daño.

Ya no es tan así, pero durante muchísimo tiempo he funcionado de esa manera, y ahora a veces lo hago hasta con un cono. Sin embargo darme cuenta con esta tontería, y saber que ya no soy así, al menos en todos los casos, significa que voy en el camino correcto.

miércoles, 7 de agosto de 2024

En Bilbao la peña hace vida en Bilbao

Estuve hace unas semanas por el norte de España de vacaciones. Suelo ir al menos una vez al año porque me flipa el norte, y como todavía no he visitado mucho, cada año voy a un sitio diferente explorando nuevos lugares. Este año tocaba Cantabria, ya que siempre que he ido a Asturias he pasado por allí y no había parado nunca. Enrique, un colega del curro, me dijo un camping en Cantabria, que queda justo entre Santander y Bilbao, así podía visitar ambas ciudades en un momento, y me animé a ir.

El camping era una pasada, pertenece a la localidad de Oriñón, según sales tiene una playa bastante grande entre dos montañas. La playa es bastante llana y el agua no está muy fría para ser el Cantábrico. Una pasada. Cuando llegué y me instalé, me fui a mojar los pies en el mar y me puse en contacto con mi colega de erasmus Jonan por si estaba por Bilbao y así nos veíamos al día. Él encantado me dijo que me iba a enseñar la ciudad.

Al día siguiente fui para tierras vascas, previa ducha de agua fría ya que las duchas estaban rotas y me ofrecieron un cubil en la recepción del camping, con toda la buena intención, hay que decirlo, pero sin agua caliente, parece ser. Una vez salí y aparqué por la ciudad, quedamos en una boca de metro y mi amigo vino andando. Nos saludamos y empezamos a hablar. Estuvimos de pinchos dando vueltas por Bilbao sin parar, contándome un montón de datos de la ciudad una vez nos pusimos al día, y frikeando de vez en cuando. Por todo el paseo nos pusimos hasta el culo de comer. ¡Ay las albóndigas de un barcito de una plaza, que buenas están! Son un motivo por el que volver. En general hay que volver porque Bilbao mola y mas en compañía cojonuda como es Jonan.

Sin embargo, quiero resaltar algo, y es la vida que tiene Bilbao. La gente está en la calle andando de un lado para otro. De hecho, mi colega me dijo que el, si podía, iba andando. Luego otro detalle en el que me fijé era que él iba a comprar en las tiendas, nada de compra online (salvando una excepción por cosas suyas personales). También me contó que en la ciudad había negocios de varias generaciones, y eso era debido a que muchas familias tenían la costumbre de ir a tal sitio, tal día a consumir tal cosa, por ejemplo, a una heladería los domingos a merendar a por un helado. También me estuvo contando que se intenta priorizar por lo local, por un lado para no tener que estar comprando a tomar por culo, y por otro para que el dinero se quede en la zona. Todo con un cariño por la tierra, que me dieron ganas de quedarme a vivir allí, ya que Bilbo es una ciudad para vivir, entre la situación y el ambiente. Y creo que se podría aprender un poco de esto. Ya se que nadie va a cambiar porque otra persona le diga esto o lo otro, y mucho menos si lo lee por un blog, pero a mi me dio tan buen rollo ver que la gente allí funciona así que lo tengo que decir: podríamos aprender a hacer vida y a valorar lo que tenemos alrededor coño, a comprar un libro a la librería de toda la vida en vez de pedirlo por internet y ya que estoy me doy un paseo y saludo al señor que le está echando de comer a las palomas en el parque, y así me despejo, y no tanta puta red social ni tanto esperar tres días sin salir de casa con miedo a que el repartidor me traiga el paquete justo cuando he bajado a por el pan.

martes, 6 de agosto de 2024

El Imperio Final: Brandon Sanderson no es pa tanto

Estas vacaciones me he metido entre pecho y espalda el libro El Imperio Final, el primero de una saga, a su vez llena de sagas, en la que cada libro tiene unas seiscientas páginas como poco. Realmente creo que es el libro mas tocho que he leído y, me ha gustado. Peeeeeero, no me ha flipado, así que quiero analizarlo para dejar claro que me ha parecido y tú, amigo lector, vas a obtener esta info sin habérmelo preguntado.

En resumen y sin destripar el libro, diré que la forma que tiene de escribir es clara y ligera, algo importante para ciertos momentos complejos de la historia. Ésta en sí, está bien, pero me parece que tiene algunas cosas como predefinidas, y las tramas de intriga entre nobles creo que ocupa mas de lo que importa. Por otro lado, el desarrollo de personajes está muy bien hecho. Hay dos personajes principales, los cuales es una delicia ver como se relacionan y como evolucionan, y para mí, el desarrollo de personajes y su interacción es esencial en una buena historia.

Dicho esto, si no te has leído el libro, para y léetelo. Si no te lo vas a leer o ya te lo has leído, sigue, que voy a hacer una escabechina.

Lo mejor que tiene, y el motivo por el que todo el mundo alaba a este señor, es lo de la magia. En estos libros, los personajes tienen la habilidad de consumir un metal concreto que les da un poder concreto. Luego están los que pueden consumir todos los metales, como nuestros dos protas, Kelsier y Vin. El primero es un optimista revolucionario que ya sabe como usar todos los poderes y será el maestro de la segunda personaja, la cual pertenece a una banda de ladrones que la tiene como amuleto de la buena suerte, y que es bastante pesimista y poco colaborativa. Ella no sabe ni que tiene los poderes estos mágicos, hasta que conoce a Kelsier. Como ya he dicho, estos dos personajes son una delicia, y mola ver como se relacionan y sobre todo Vin, como evoluciona.

Sin embargo, aunque me gusta que haya un personaje como el de Kelsier, tan imposiblemente optimista en un mundo opresivo, no me terminan de cuadrar algunas cosas: que tenga una banda de personajes que son expertos, y a su vez son líderes de otras bandas, queda muy redondo pero poco probable, no me lo creo. Que sea de los que controla todos los metales, encuentre a Vin, que también controla todos los metales, es improbable, ya que en el propio libro cuentan que es muy dificil. Tampoco es muy creíble que, siendo un mundo controlado por un fascista, que prohíbe los poderes mágicos, haya gente que sepa mucho sobre como usar esos poderes. Tampoco me termina de cuadrar el plan maestro de Kelsier, en el que tiene muchos frentes abiertos, algunos de los cuales no son necesarios, y luego tenía un plan oculto que depende de muchos factores y sale adelante, incluyendo su propia muerte. Por último, creo que se para mucho en lo que pasa en los bailes con Vin. Realmente, en el plan no es muy importante y me parece relleno.

A pesar de todo esto, me ha gustado. El sistema de poderes mágicos y el mundo en general están muy bien construidos. A los personajes se les coge cariño. La historia, aunque tiene fallos, lo principal esta guay, ya que es una rebelión, y además sale bien. Las escenas de acción son una delicia, parece un manga. Sanderson no es la panacea, pero creo que hace algunas cosas muy bien, sumado a que escribe como un loco, puedo entender porque la gente habla tanto de él, aunque a mi me ha dejado un poco frio, imagino que por las expectativas. Y, siendo sincero, a pesar de lo que he dicho, al final es una historia de ficción, y no hay que pensar tanto en si esto es o no verosímil y hay que disfrutar de la lectura. Recomendado para los que les guste la fantasía.