jueves, 22 de febrero de 2024
Jueves Jugón: los inicios
jueves, 15 de febrero de 2024
alarma de cabrones
martes, 13 de febrero de 2024
pause
Vaya semanita con esto de mi padre. No soy mucho de contar cosas de personas concretas, prefiero mantenerlas en el anonimato o escribir algún comentario sin darle demasiada importancia, porque, al final, esto es un desahogo. Pero ya que esto es lo que está afectando a mi día a día, incluido el escribir, lo cuento. Y, antes de nada adelanto que mi padre está bien.
Empiezo la semana pasada y mi cuñada me cuenta que se va de urgencias con mi padre porque no se siente bien. Mas tarde me dice ya en urgencias que le van a poner un marcapasos, que coja ropa. Yo, me tranquilizo usando la filosofía estoica y voy para el hospital sin pisarle al coche ni nada por el estilo, aunque, cuando entraba en el aparcamiento del hospital casi me llevo a una señora por delante en un paso de cebra. Esa filosofía ayuda, pero no es infalible. A mi padre le ingresan y todo va relativamente bien.
El martes todo sigue bien hasta la operación, donde mi padre empieza a perder un poco la noción de donde está y cuando ha entrado y eso nos preocupa a mi hermano, a mi cuñada y a mi. Por lo demás todo bien.
El miércoles, tras un par de pruebas para ver que todo va bien, vuelve a casa y mas o menos centra la cabeza.
De jueves al sábado, estamos apañando un poco la casa y arrancando de nuevo para que todo vuelva a cierta normalidad. En ese momento mi padre empieza a hacer de las suyas. Mi padre es sencillo, cuando hay cambios en su vida, se pone nervioso, y cuando se pone nervioso, lo paga con quien tiene cerca, que normalmente somos su familia. Lo que pasa que todo el mundo tiene cambios en su vida, y el quiere que todo sea predecible.
Si a esto le sumamos que mi coche no arrancaba y que no he podido estudiar, creo que está bastante claro que llego al domingo con la cabeza como un bombo. Y este lunes hago un par de compras en mi pueblo, soluciono lo del coche y me voy a trabajar. Al salir hablo un rato con mi amigo Luis y despejo la cabeza, y me voy a mi piso, con la habitación hecha un desastre con ropa por todos lados y todo frío. Ceno algo y me quedo sobado en el sofá. A las cuatro y pico de la madrugada me despierto y me voy a la cama.
Por la mañana me despierto tarde, desayuno y me quedo en el sofá repasando mentalmente todo lo que tengo que hacer, sin ganas de nada. Estoy mentalmente hecho una braga, pero hasta que no me he parado un rato a mirar cualquier chorrada en youtube no me he dado cuenta. Creo que muchas veces es importante darle el botón de pause a la vida para poder digerir todo lo que nos pasa, aunque sea de vez en cuando.
miércoles, 7 de febrero de 2024
ignorantes
martes, 6 de febrero de 2024
Cristianismo, nihilismo y estoicismo
Referente a la anterior entrada todo está saliendo bien, gracias a Dios. Y ya que me has sacado el tema, voy a hablar sobre como el cristianismo me influyó en como soy. Que bien hilao, ¿verdad?
En fin, chistes mierdas aparte, creo que gran parte de como soy lo debo a que me he criado en la religión cristiana. Todo eso de ser bueno, ayudar a los demás y tal lo hacía de pequeño porque pensaba que había un gran señor todopoderoso que me estaba vigilando al milímetro, y no podía hacer nada que no fuera lo correcto. Comulgaba (otra vez hilando fino, que bueno soy) con muchas de las ideas que planteaba Yisus, y que, a día de hoy mas o menos sigo. Por otro lado, también he arrastrado cosas que me limitan y me hacen pensar de manera retrógrada y, aunque me de cuenta de ello, no lo puedo evitar, y además, las cosas buenas en ocasiones han resultado malas para mí, haciendo que los demás se aprovechen, y por eso no me gusta la religión.
A los 18 años, creyendo en todo lo que me decía el cristianismo, y debatiendo de porqué todo eso existía con un compañero de bachillerato, me vi un documental, que a día de hoy no se yo que tal de rigor es, pero que no solo hizo que los cimientos de mi fe se tambalearan sino que se hicieron añicos. No voy a hacer hincapié en que documental es, ni en si tenía razón o no, ya que respeto las creencias de la peña, pero resumidamente me hicieron pensar que la religión cristiana:
- Tiene hechos similares a lo largo de la Biblia, es decir, las historias se repiten.
- Comparte muchas cosas con la religión budista o los mitos egipcios, en cuanto a fechas y hechos muy concretos.
- Es muy similar a religiones anteriores a ella.
- Tiene hechos comunes a caballo entre mitos tribales, por ejemplo, en los mitos egipcios se adoraba al Sol, que es el dios salvador del mundo, que lucha contra el mal y nació un veinticinco de diciembre.
- No tiene otras evidencias, aparte de la Biblia, que respalden lo hechos que aparecen en la propia Biblia.
- Ha quitado algunos de los textos originales de la Biblia y ha dejado los que creía convenientes.
Así me quité una gran presión, sin embargo, no solo me quedé en eso, en plena juventud y rebeldía a mi manera, en pleno comienzo de carrera científica, sin el peso de sentirme mal, bueno con un poco, ya sabes que me quedaron ciertos dejes, y con la cabeza absorbiendo cada idea, me empecé a preguntar si no hay Dios, ¿cual es el sentido de la vida? A día de hoy no he resuelto esa pregunta, y aunque voy vislumbrando a mis 33 años, que ya me vale, por donde tengo que tirar, igualmente pienso que mi vida, y la vida en general, y porque no decirlo, la existencia de todo no tiene sentido. ¿O acaso una piedra tiene sentido? La piedra existe debido a una serie de procesos físico-químico-geológicos sin un propósito. Es el resultado de esos procesos. Pues lo mismo con los seres vivos. Esto es, lo que inició mi nihilismo, que es la filosofía que, en resumen dice que nada tiene sentido. Es tan potente como peligrosa, porque si nada tiene sentido, que mas da si robo, o si no hago mis obligaciones, o si mato. Pero, incluso es peor que eso: que mas da hacer lo que sea, y pasan los días y ves que las acciones no tienen sentido y te quedas en el sofá como un móvil buscando 5G, sin cobertura, intentando hacer cualquier cosa pero sin hacer nada. Te va matando poco a poco con su pesimismo.
Pues esto me pasó cuando además estaba fracasando en los estudios, buen combo. Por un lado me daba la explicación a un montón de cosas, pero por otro me dejaba KO. Poco a poco le fui viendo cierta gracia, y por inercia por un lado, y por ciertos golpes de motivación seguí para delante. Aparte fui haciendo mía la filosofía, como no, cada uno coge lo que quiere de las cosas y las hace suyas, ¿porqué no iba a hacerlo yo? Así que pensé, y sigo pensando, que aunque las cosas no tienen sentido, hay que seguir haciéndolas. Primero las que uno debe hacer, y luego las que a uno le gustan, ya que son la motivación necesaria para vivir.
Ahí estuve, mas o menos bien, hasta que, el año pasado lo pasé bastante mal, y si no llega a ser porque escuché de la filosofía estoica, ahora mismo habría perdido la cabeza. Ya había oído algo antes, pero cuando me llamó la atención fue escuchando en un podcast sobre un superdotado que había coescrito El pequeño libro de la filosofía estoica, y hablaba como en su trabajo y en su vida usaba esta pragmática filosofía para tomar decisiones y quitarse preocupaciones de la cabeza. Me fascinó la idea, me lo leí y a partir de ahí me autoproclamé estoico. Es una filosofía tan sencilla que es difícil adoptarla, aunque, a veces lo hacemos sin darnos cuenta. Yo la resumiría en que hay que aceptar que las cosas son como son, y busca la tranquilidad mental. Una vez interiorizas eso, uno se deja de si debería de pasar esto o que va a pasar mañana. También dejé de intentar ser como no soy. Lo que pasa que toda una vida con ciertas manías no las quita un pensamiento, es necesario tiempo para que me cale hondo.
Además, no contradice lo positivo de las otras filosofías anteriores. Si quiero ayudar a alguien, puedo, mientras me lo pida, ya que sino estaría ocupándome de problemas que no son míos y eso es algo que esta filosofía no recomienda, ya que está fuera del alcance y no puede solucionarse. En todo caso, habría que ocuparse de enseñar a como resolver ese problema, en caso de saber como se hace. Por otro lado tampoco contradice que las cosas no tienen sentido, ya que se deduce del método científico, por lo que son así y hay que aceptarlas, todo bien.
De hecho, es un martillo pilón contra los muros pesimistas del nihilismo. Los machaca y los tira dejando que entre el aire fresco y la luz, dejando ver un paisaje agradable. Me explico, hace que el pesimismo desaparezca, pero no aporta optimismo, no te vuelves positivo, simplemente ves las cosas sin juzgarlas. De hecho a veces se me olvida como aplicar esta forma de pensar y vuelvo al pesimismo sin querer, y tengo que volver a decirme que hay que aceptar las cosas como son y vivir acorde a la naturaleza, y vuelvo a tranquilizarme.
Por último, también por mi base mas o menos pesimista a veces tengo que darme un toque optimista y sacar un aspecto positivo sobre algo, me ayuda a, en momentos de mierda, seguir para delante. Un buen método lo aprendí del mismo podcast, pero diferente invitado, y dice que antes de dormir, pensar en algo positivo que te haya pasado en todo el día. Puede ser algo sin importancia, no te tiene que haber cambiado la vida, pero si algo bueno. También puede ser algo muy bueno. El caso es que si haces esto cada día antes de dormir, cambias la mentalidad y ves las cosas de otra forma. O al menos a mi me ha servido, aunque sea una chorrada. Si me lee Víctor Amat me arranca los huevos.
En resumen, se podría decir que soy un estoico nihilista con manías cristianas.
P.D: he "investigado" un poco por si te interesaban los podcast y los invitados de los que hablo, que creo que pueden ser de interés, al menos para ponértelos de fondo cuando estés limpiando. El podcast se llama Lo que tu digas de Alex Fidalgo, un crack que habla de cosas con muchas personas de interés. Los invitados son, el de la filosofía estoica Javier G. Recuenco, que habla sobre superdotados, y el de pensar en positivo es Andrés Oppenheimer, dejo links:
lunes, 5 de febrero de 2024
un susto
viernes, 2 de febrero de 2024
la cafeína
Este lunes no tenía una taza limpia, y por pura vagancia me dije a mi mismo que ese día no tomaba café. De hecho, me propuse en todo el día tomar café. Los resultados fueron desastrosamente satisfactorios. Es decir, estuve echo polvo, pero con la felicidad de haber sobrevivido un día entero sin cafeína. Así que me planteé dejarla, esta vez para siempre.
La sensación que tengo, aún lleno de cafeína es de ojos hinchados y secos, de cansancio permanente, y de no descansar cuando duermo. Ha mejorado, pero todavía estoy así, supongo que hasta que no me deshaga de los remanentes de cafeína no volveré a un estado descansado óptimo.
Tampoco bebía tanta cafeína, simplemente un café solo por la mañana acompañado de un tazón de cereales, y al merendar una coca-cola light. Pero con mi condición de altamente sensible supongo que es demasiado, y como me gusta muchísimo el café, es mejor dejarlo del todo. Es por todos sabido que es adictivo, no es una droga como tal, pero siempre es necesario una vez has empezado a tomarlo, tomar un poco mas. Al principio da ese plus que necesitas, luego es necesario para arrancar. No se cual es el siguiente paso si sigues.
Y no es la primera vez que tengo que dejar esto. Cuando empecé en este trabajo, al dar café gratis me enganché, como dos veces. Y anteriormente en la universidad lo mismo, aunque menos constante. Y podría retrotraerme hasta llegar a la niñez, cuando mi padre nos daba cucharadas de café con leche bien azucarado, eso sí, descafeinado, pero que rico estaba. Supongo que ese recuerdo y el hecho de que active y enganche es por lo que me gusta tanto.
Esta semana, además e hecho un poco de trampita. A pesar de no haber bebido café o coca-cola, me bebí un par de nestea, que es té, que tiene teína, una molécula parecida a la cafeína con casi los mismos efectos, es decir, que a lo mejor no descanso por beberme unos tés. Y casi muerdo el anzuelo con un caramelo de café de un compañero. Pero bueno, supongo que a veces hay que dejar a un lado esas cosas que nos gustan tanto pero que nos hacen daño para poder tener una buena vida. Yo sigo sin cafeína y un poco zombi, a ver lo que duro.