martes, 30 de enero de 2024
días apáticos
lunes, 29 de enero de 2024
Un cabrón
Una de las cosas que he ido aprendiendo a lo largo del año pasado es a decir que no. Antes no sabía decir que no, una forma básica de poner límites, así que la gente hacía un poco lo que quería conmigo. Este hecho me ha dado la libertad de hacer lo que yo quiero en vez de hacer lo que otros quieren. Esto ha ido haciendo que poco a poco vaya hablando mas sin temor a que se me castigue, y al hacerlo y ver que no pasa nada malo me da pié a seguir hablando.
Al ir hablando, paulatinamente me ha vuelto el humor y he desfruncido el ceño. Es algo muy curioso, ya que al perderle el miedo a expresarme, puedo reírme de la gente, a veces con la gente, incluso burlarme de ella, y por supuesto, espero la misma respuesta o mayor hacia mi para reír aún mas. Pero, como he estado serio unos años, no sabría decir el tiempo exacto, pues la gente se queda un poco descolocada, lo cual también es gracioso, pero estaría mejor que siguieran la coña. Tiempo al tiempo.
Además, nunca he sido de hablar mucho. He sido un tipo callado a mi bola, un poco con miedo a hablar por si la gente de alguna manera me iba a rechazar. Pero la gente no rechaza por eso, puede estar a favor o en contra, y hablar da pie a saber esas cosas, pueden reirse, que me ha pasado mucho, pero cuando he visto que realmente no pasa nada, me da por empezar a hablar y seguir hablando. De hecho tengo ganas de hablar con la gente, y cuando paso un par de días sin hablar parece que me pasa algo. Es mas, tengo ganas de conocer gente nueva, algo que para quien me conozca es raro en mi, para todo el mundo es algo básico que pocas veces me ha pasado, y estoy descubriendo ahora.
Por otro lado, desde que escribo ordeno mejor las cosas que tengo en la cabeza. Por lo general voy pensando en varias cosas, y hablar con la gente significa interrumpir eso para ponerme a pensar y a hablar sobre cosas que me interesan menos. Pero ahora todo eso está mas ordenado, y no pasa nada por darle al boton de pausa interno para empezar desde cero una conversación, ya que como todo esta mas o menos en su sitio es fácil buscar las ideas que tengo sobre una u otra cosa, incluso agregar las ideas que me estaban rondando en ese momento si tienen algo que ver. Y, a la hora de hablar, sale todo bastante natural, no va a trompicones como antes.
Dicho todo esto, como tengo ganas de darle a la sinhueso, tengo el humor a tope, y voy con tantos filtros como frenos, muchas veces de las que hablo con la gente me llaman malo o cabrón, especialmente cabrón. Al principio me daba cosa y pensaba que les estaba ofendiendo, pero ahora me parece un indicador de que voy por buen camino, y de que gusta que sea así, justo lo contrario de los miedos que tenía. Pues nada, a ser un cabrón toca.
me llaman cabrón
jueves, 25 de enero de 2024
Malotes
Antonio Buero Vallejo en su obra La fundación nos hablaba que la vida es una fundación dentro de una fundación dentro de otra fundación, etc. Spoiler de hace cincuenta años: la supuesta fundación, un lugar para el avance de la sociedad científico-cultural, en realidad es una cárcel, y todo aquello era producido por la imaginación del protagonista para no volverse loco. La conclusión del autor era que aunque salgas de la cárcel, estas igualmente metido en una cárcel mayor, y si sales de esa estás en otra aún mayor todavía.
Creo que pasa algo así en la vida real, pero con el modelo de los institutos de secundaria. En los institutos se enseña la Educación Secundaria Obligatoria, es decir, que obligan a los chavales a ir a clase por ley. Pasan una serie de horas haciendo tareas repetitivas, con un descanso entre medias en un centro determinado y supervisados por otras personas. Después de pasar por ahí hay dos opciones, seguir estudiando pasando por tareas repetitivas, con un descanso entre medias en un centro determinado (universidad o seguir en el instituto haciendo formación profesional) supervisados por otras personas, o buscar curro haciendo tareas repetitivas, con un descanso entre medias en un centro determinado supervisados por otras personas. Al final es lo mismo.
Las tipologías de persona también se repiten. Yo, por ejemplo, soy un friki en mi curro, en la universidad y en el instituto. Pero hay una tipología que me ha llamado la atención, y es la de malote. Un malote es una persona que, en el instituto, iba de duro, pero al final no deja de ser uno mas. Veo así a mucha gente, y no solo eso, sino que yo entré al trapo. Vale que tengo un aspecto de vikingo porque me flipé con la serie homónima, pero en parte también para que se me respete aunque no tiene ese efecto. Ponerse serio en las fotos, alardear de cuando le plantó cara a no se quien, ser el que mas bebe o se droga, hacer el subnormal para dejar claro quien manda o hacer pequeñas cosas ilegales con la seguridad de que no le van a pillar son algunas de tantas cosas que hacen. Pero que no os engañen. Todo ese rollo agresivo al final es pura fachada. Yo a estas alturas, con los huevos negros, ya me da igual. A veces me río de ellos en su cara, y no hay consecuencias. Otras las ninguneo, prefiero no perder el tiempo. Pero el intento de imponerse a la fuerza en plan machote como pasaba en el instituto ya no hace efecto.
Lo peor es que esto ha pasado de lo real a la ficción, y se ve por todos lados como un modelo a seguir, bueno, mas o menos, como una especie de filosofía. ¿Quién no quiere ser como Batman? Todo el día con el ceño fruncido siendo el que manda en Gotham. Me acuerdo de un póster de la serie The Walking Dead, en el que todos los protas estaban mirando al infinito con el ceño fruncido. Yo lo describí como "gente seria haciendo cosas". Pero siendo realistas, creo que estarían cagados de miedo, intentando sobrevivir como puedan en vez de con una actitud de que aquí manda mi polla. Se ve en todos los héroes, el bueno con cara y pose de malo.
Después de todo esto, todos vamos de malos cuando somos cada uno de una manera. Personalmente creo que soy lo opuesto a eso. No lo digo en plan rebelde ni nada de eso. Pero si que he adoptado una forma de ser que no pega conmigo y que no soy así vamos. Y se ve por todos lados, en vez de ser cada uno como es, todo el mundo va con esa coraza en plan, a mi no me chulees que te pego. Pero eso no solo es un espejismo, sino que es ridículo. Creo que es mas satisfactorio ser como uno es, yo lo estoy probando y voy feliz al curro. Hacía años que no iba feliz. Y si me chulean pues me defiendo, pero no voy proagresivo. Hay que superar la etapa del instituto, para dejarse de historias y empezar a vivir.
martes, 23 de enero de 2024
Sobre leer y escribir
lunes, 22 de enero de 2024
Narcisistas
viernes, 19 de enero de 2024
Aprender
jueves, 18 de enero de 2024
Cabreado
Mi primer curro ha sido hace no muchos años en una tiendecita de mi pueblo. Estaba sacándome el módulo de forestal mientras que iba los fines de semana a la tienda, para sacarme un pequeño sueldo. Era sencilla de gestionar, tenia que reponer y limpiar la tienda, entre cliente y cliente. Como es un pueblo pequeño, los clientes no se acumulaban, no había estrés. Mis jefes me trataban muy bien, a día de hoy no tengo queja. Y un sueldo acorde a mis tareas.
Un día como cualquier otro, vino un cliente y al atenderle todo normal, excepto porque me dijo un comentario de que yo tenía que estar ahí currando. Ahí se me cambió algo. De repente ir a la tienda ya no era tan bueno como al principio. Ahora estaba atado, allí, y no podía salir. Realmente no cambió nada. No empeoraron las condiciones. No me pagaban menos. Lo único que cambió fue mi punto de vista. Por suerte, actualmente, mis recuerdos son muy positivos.
Tras acabar los estudios, entré en el almacén en el que estoy ahora. Estaba acojonado. El primer día sentía las pulsaciones de mi corazón y pensaba que allí mismo me iba a dar algo y que me iban a echar, pero no. Cuando llegué al departamento y estuve unos días allí, la actitud era de equipo, y yo quería ser parte de ese equipo. Fueron unos meses donde cada día era emocionante. Hablo de un almacén donde lo que hacemos es coger cajas. Pero al ir todos a una era una sensación de pertenecer a algo, de tener un objetivo. Sin olvidar de lo mas importante, el buen rollo que había entre todos. Estábamos siempre de risas, bueno, yo mas tímido, pero igualmente me contagiaba.
Desde hace un tiempo hasta ahora, voy cabreado a trabajar, y allí me pongo mas cabreado todavía. Sobre todo por el ambientillo que hay allí, del que yo formo parte, ojo. Hay muchas críticas, mucho ánimo bajo, etc, no diré mas. La cuestión es que el ambiente se me pegó y no solo estoy yo de bajón, sino que lo provoco a los demás, y eso no es bueno. Me di cuenta hace poco de que yo no soy alguien así, en parte hablando con algún compañero que sigue con el buen rollo, en parte por leer y estar informado.
Por otro lado, el click que me dio fue al recordar un par de cosas del pasado. Recordé en el bar tomándola después del curro, que en la universidad estaba enamorado de una chica que se iba a ir. Ella no creo que sintiera lo mismo por mi, pero nos llevábamos bien. No le dije nada y le deseé que le fuera bien, porque no quería afectar de alguna manera su viaje. Lo hice porque sentía algo por ella, y no me arrepentí ni me arrepiento. Eso a día de hoy es dificil que lo haga, me he vuelto mas egoísta, pero aun así, recordé que era de esa manera, ese era mi verdadero yo. Unos días mas tarde, hablando con mi amiga Ana de Badajoz, me enseñó un poema mío recitado por ella y me emocioné. Alguien no se había olvidado de que yo escribía, había llegado a alguien con ese poema, y encima a mi amiga, y eso y la conversación que tuvimos me devolvió a como era antes, volví a ser como tenía que ser yo. Gracias, por cierto. A partir de ahí quise cambiar mi forma de ver las cosas. Resumen rápido, sigo cabreado, pero menos.
Desde hace meses estoy tratando de aceptar todo como es, sin intentar cambiarlo, al menos ese es uno de los pilares mas básicos de la filosofía estoica. Como dice un colega, que me la sude todo. Tampoco lo veo así, pero si que no implicarme personalmente en todo lo que se me cruce. Si veo un problema, no tengo porque solucionarlo yo. Si veo una injusticia, no tengo porque indignarme, como mucho reportarlo y ya está. No puedo aplicar esta filosofía siempre porque el cabreo es mayor que todo, pero lo intento, de verdad.
Quitarme todas las cosas que me generan malas sensaciones ha sido un acierto. Desde las redes sociales a tomar distancia en otros aspectos, hasta criticar menos y escuchar menos cotilleos. Al final solo generan malos rollos y eso no da nada bueno. Mi objetivo, no dar cotilleos ni criticar a nadie, porque escucharlos es inevitable.
El primer año en este curro, cuando pegó el bajón después de navidad, a mi me mandaban a otro departamento a ayudar empujando un carro lleno de cajas pesadas detrás de una maquina. Y a mi me gustaba. Me decía a mi mismo que iba a aprender otro proceso de la nave, a conocer a gente y a salir de mi departamento para despejar la cabeza. En estos años todo me parecía una mierda. Actualmente, por suerte, algunos de mis compañeros me han invitado a dar un giro sobre como tomarme las cosas, aparte de informarme por los interneses, y si, la psicología positiva es necesaria para no entrar en un bucle de verlo todo mal, pero sin pasarse, eso si, recuerda que hay que aceptar que las cosas son como son, no vomitemos arco iris, por favor.
Así es como estoy acotando mi cabreo crónico, cuya fuente viene por todos lados y es imposible marcar una línea, pero si que se puede torear, o al menos eso estoy intentando.
miércoles, 17 de enero de 2024
Triple excepcionalidad
martes, 16 de enero de 2024
Sobre escribir todos los días y el lunes azul
Hace poco me vi una entrevista a el Mago More, que así dicho no te va a sonar, pero si le ves seguro que sabes quien es porque aparece en la hora de José Mota. Es una persona interesante porque no para de hacer cosas. El caso es que una de las cosas que hace es escribir un correo al día para las personas que se apuntan a recibirlo, claro, y así te enteras de las cosas que va haciendo y de algunas reflexiones que hace y tal. Habla sobre aprovechar el tiempo y empresas, para quien le interese. A mi me interesa.
Por otro lado he pillado un par de consejos. Uno de la propia filosofía estoica que consiste en reflexionar sobre lo que me ha pasado a lo largo del día. Y otro lo he cogido de un método para ser mas positivo, el cual consiste en pensar en algo positivo antes de dormir.
Mezclando lo del More, con lo del párrafo anterior tengo que voy a intentar escribir todos los días. Me parece un reto guapo, para quitarme cosas de la cabeza y quedarme a gusto. A ver cuanto duro.
Y el tema a tratar tiene que ver con el Blue Monday, o como yo digo el lunes azul, a mi que me dejen de historias. Se trata del lunes mas triste del año y nosequé. Estas cosas no me interesan, me la pelan, pero es que este finde, y este lunes si que he estado como apagado. No soy la persona mas feliz del mundo, y mas últimamente, pero no suelo estar tirado en el sofá. Lo que hago es estar en el sofá haciendo cosas. Y, pensándolo bien, creo que estoy así por estar sin interactuar con gente
No, esto no es una llamada de atención para hacer amigos. Soy una persona bastante solitaria, me apetece muchas veces hacer cosas solo, y no me importa ir al cine solo o salir a dar una vuelta. Pero, desde que vivo solo creo que tengo mi soledad bastante satisfecha, así que me dan ganas de hablar con la gente, pero si no tengo a nadie a mano, voilá, me siento solo.
Y es que hay dos clases de soledad, la que a uno le viene sola, y la que uno busca. La soledad que uno busca, al menos para mí, es fácil, me pongo a leer por ejemplo. La que a uno le viene sola se da con un montón de gente alrededor con la que poco tienes que ver, o por el contrario, con nadie alrededor, y es muy dificil de solucionar. Y de ahí me viene la tristeza de este lunes azul.
¿Qué puedo hacer si me siento solo sin buscarlo? Ni idea. Lo ideal sería encontrar peña con mis mismos intereses, pero no es fácil encontrar mas frikis, sobre todo porque, según mi intuición, están como yo, acojonados del mundo en sus casas a buen resguardo.
La otra solución es mas asequible, pero mas dificil para mi, y es aprender a socializar, algo complicado para un friki tímido como soy. Aunque, en mi viaje a Barcelona puede que diera con la respuesta a este rompecabezas. Estuve con un montón de frikis jugando frikadas, y en una conversación salió el tema de que no encontrábamos peña para jugar a juegos de mesa, y que si la encontrábamos peña no la conocíamos y no entablábamos una amistad. El anfitrión de la quedada nos dijo que era fácil, lo que teníamos que hacer era ir a una tienda de juegos de mesa, por ejemplo, presentarnos, preguntar a que juegan y decir si puedes jugar. A partir de ahí ya tienes amigos frikis con los que jugar. Puede que aplicar esa filosofía al día a día sea una buena idea, solo que tengo que cambiar a la gente con los mismos gustos por cualquier persona, y preguntarle cosas, cosas en general, en vez de intentar llevar mis gustos a los demás. La cosa es probar.
Hilando con lo de escribir todos los días, en parte, también lo hago para hablar, de manera indirecta y menos satisfactoria, eso si, con quien me quiera leer, y así me quito un poco de soledad, y puede que a quien me lea también.
viernes, 12 de enero de 2024
La muela
Me acabo de arrancar una muela. Bueno, media muela. No es coña. Llevaba días moviéndose, después de que decidiera masticar fuerte con ella para ver si se partía de una vez o que pasaba con ella, y después de ver que no hay cirujanos dentales que cubra mi seguro medico unos 50 km a la redonda, decidí tirar de ella, con resultados no solo no sangrientos sino que tampoco dolorosos.
¿Y esto a que viene? Pues se supone que va a ser una historia con moraleja, así que puede que te la pele. Lo se, no todo tiene un aprendizaje ni una enseñanza ni nada, a veces las cosas pasan y ya esta, que esto es una puta muela, tengo 6 o 7 mas, pero, ya que he roto el miedo al folio en blanco, te explico.
Hace unos 4 años mas o menos, entré a trabajar a un almacen de Amazon, y en cuestión de meses me dieron la formación de abrir y cerrar muelles junto con la formación de la maquinaria para transportar palets, que allí llamamos PITs. Ambas se usaban conjuntamente, ya que había muchos tiempos muertos en el puesto de abrir y cerrar muelles, así que había que aprovecharlos ayudando con la PIT. Ambos puestos se ejercían con un walkie talkie, por lo que yo me ponía muy nervioso, ya que todo el mundo hablaba por ahí y no sabia bien lo que tenía que hacer. Los nervios se me agarraron a las muelas del juicio, que empezaron a salirme, y una de ellas empujó a otra, y esta a la que me acabo de sacar, y estuve unos meses con las muelas jodidas, moviéndose por todos lados. Un día medio se me colocaron, pero era un hueco no lo suficiente grande para las tres, y todavía había movimiento. Una reflexión así fuera del tema, que extraña es la carne de las encías, a veces es blanda y a veces dura y fija las muelas en su sitio, no lo entiendo, pero es fascinante.
A lo que iba, un tiempo después, harto de que tuviera las muelas haciendo lo que quisieran, y falto de higiene bucal y cultura de ir al dentista, decidí apretar los dientes hasta que encajaran las muelas. No fue la mejor decisión de mi vida. Fue doloroso, pero encajaron. Todo en su sitio, menos un cachito de la muela en cuestión que saltó, pero, ya he dicho que mi boca la tengo bastante descuidada (si, si, que puto asco, me da igual) y no sabía que si una muela se parte se empieza a picar hasta que se va partiendo. Eso lo supe meses después. Estaba pensando en ir a un dentista cuando un virus infecto a todo el mundo y nos tuvimos que quedar en casa, y cuando todo pasó ya tenía un tercio de una muela que no me daba mucha guerra.
Eso estuvo así hasta que hace unos días decidí masticar con la muela mala un cacho de chocolate al 82% con almendras a ver que pasaba, porque estaba cansado de masticar con cuidado y lo que pasó es que volví a tener 7 años: se me movió la muela y eso no paraba, pero yo contento. Ayer conseguí que se moviera mas, y hoy ya he tirado con un poco de miedo, pero la sensación no era de dolor, sino de que algo se salia de donde debía estar. El caso es que teniéndola medio colgando y después de llamar a un dentista que no podía sacarme la muela, he decidido hacerlo con mis propias manos, e ir después a por un poco de enjuague bucal para que no se me ponga un flemón.
¿Y esta turra que tiene que ver con aprender de la vida? Pues que ahora estoy en pleno conocerme a mi mismo y atreverme a hacer ciertas cosas, y esto de la muela era un problema, que aunque me estaba molestando durante mucho tiempo no lo había resuelto, lo había dejado ahí y estaba llendo con cuidado para que no empeorara, en vez de, literalmente, arrancarlo de raíz. Ahora, el problema se ha resuelto, pero con ciertas consecuencias. La primera es que no me molesta mas. Las otras son negativas a corto plazo, pero que se irán con el tiempo. Son que ahora tengo una pequeña herida en las encías, así que cuidado, y la segunda que tengo que aprender a masticar con un hueco entre varias muelas, creo que consecuencias asequibles. Que dicho de forma moralejistica o algo así, que no hay que tener miedo por poner fin a un problema, porque las consecuencias son menores que el propio problema en si, así que, para el próximo no me la juego, paso de aguantar, voy a lo importante y lo soluciono, y me ahorro tiempo de sufrir, asumiendo que generará pequeños problemas menos graves.
Vaya turra, tenia ganas de escribir. Feliz año.