martes, 30 de enero de 2024

días apáticos

Ayer por la mañana me puse a escribir, y no me salía nada que me gustara. Normalmente esto pasa porque no estoy escribiendo de lo que tengo en la cabeza, sino mas bien de un tema que me gusta, y se nota que no es lo que tengo en la cabeza. Volví a intentarlo durante toda la mañana y nada, una chapuza. Me preguntaba si al fin me había quedado sin temas de los que escribir, uno de mis miedos al intentar escribir todos los días. Pero no, porque todavía quiero hablar sobre ciertos temas, pero no es el momento supongo. Entonces me hice la pregunta, ¿que es lo que me impide escribir?

Pues una vida monótona. Pensaba que cada día iba a pasar algo que me iba a hacer reflexionar, y es así. Pero cuando uno tiene los días muy establecidos y muy mecánicos, en la cabeza le parece lo mismo. Una vez se me ocurrió una historia que era como la peli de El día de la marmota pero un poco mas turbia. En mi historia, el tipo no se enteraba que se había quedado estancado en el tiempo en el mismo día, porque estaba como un muerto en vida, pero cuando se da cuenta, empieza a hacer cosas distintas para tratar de salir de esa repetición, y como no lo consigue empieza a volverse majara y a hacer burradas como matar o matarse, y aún así, el día se repetía. Eso no lo llegué a escribir nunca, pero era lo que sentía estudiando en la universidad, quitando las muertes por supuesto, imaginaba una ficción, pero si la desesperación por hacer algo diferente que me sacara de la monotonía.

Es muy fácil caer en esa monotonía, porque te envuelve silenciosamente y es invisible, y cuando te quieres dar cuenta estas en el sofá tirado sin querer hacer nada. Pero al igual que es fácil caer, es fácil levantarse, basta con hacer algo que te guste. En mi caso, un rato de lectura, un rato con un juego de mesa, un rato con una maquinita reviviendo los videojuegos de mi niñez, una charla con cualquier colega mientras movemos cajas es suficiente para que el día sea diferente.

Además, así, tratando el tema, rompo con el miedo a la página en blanco y escribo sobre algo, que ya esta mi pequeño grupo de lectores con ganas de textos. Gracias por cierto.

lunes, 29 de enero de 2024

Un cabrón

Una de las cosas que he ido aprendiendo a lo largo del año pasado es a decir que no. Antes no sabía decir que no, una forma básica de poner límites, así que la gente hacía un poco lo que quería conmigo. Este hecho me ha dado la libertad de hacer lo que yo quiero en vez de hacer lo que otros quieren. Esto ha ido haciendo que poco a poco vaya hablando mas sin temor a que se me castigue, y al hacerlo y ver que no pasa nada malo me da pié a seguir hablando.

Al ir hablando, paulatinamente me ha vuelto el humor y he desfruncido el ceño. Es algo muy curioso, ya que al perderle el miedo a expresarme, puedo reírme de la gente, a veces con la gente, incluso burlarme de ella, y por supuesto, espero la misma respuesta o mayor hacia mi para reír aún mas. Pero, como he estado serio unos años, no sabría decir el tiempo exacto, pues la gente se queda un poco descolocada, lo cual también es gracioso, pero estaría mejor que siguieran la coña. Tiempo al tiempo.

Además, nunca he sido de hablar mucho. He sido un tipo callado a mi bola, un poco con miedo a hablar por si la gente de alguna manera me iba a rechazar. Pero la gente no rechaza por eso, puede estar a favor o en contra, y hablar da pie a saber esas cosas, pueden reirse, que me ha pasado mucho, pero cuando he visto que realmente no pasa nada, me da por empezar a hablar y seguir hablando. De hecho tengo ganas de hablar con la gente, y cuando paso un par de días sin hablar parece que me pasa algo. Es mas, tengo ganas de conocer gente nueva, algo que para quien me conozca es raro en mi, para todo el mundo es algo básico que pocas veces me ha pasado, y estoy descubriendo ahora.

Por otro lado, desde que escribo ordeno mejor las cosas que tengo en la cabeza. Por lo general voy pensando en varias cosas, y hablar con la gente significa interrumpir eso para ponerme a pensar y a hablar sobre cosas que me interesan menos. Pero ahora todo eso está mas ordenado, y no pasa nada por darle al boton de pausa interno para empezar desde cero una conversación, ya que como todo esta mas o menos en su sitio es fácil buscar las ideas que tengo sobre una u otra cosa, incluso agregar las ideas que me estaban rondando en ese momento si tienen algo que ver. Y, a la hora de hablar, sale todo bastante natural, no va a trompicones como antes.

Dicho todo esto, como tengo ganas de darle a la sinhueso, tengo el humor a tope, y voy con tantos filtros como frenos, muchas veces de las que hablo con la gente me llaman malo o cabrón, especialmente cabrón. Al principio me daba cosa y pensaba que les estaba ofendiendo, pero ahora me parece un indicador de que voy por buen camino, y de que gusta que sea así, justo lo contrario de los miedos que tenía. Pues nada, a ser un cabrón toca.

me llaman cabrón

jueves, 25 de enero de 2024

Malotes

Antonio Buero Vallejo en su obra La fundación nos hablaba que la vida es una fundación dentro de una fundación dentro de otra fundación, etc. Spoiler de hace cincuenta años: la supuesta fundación, un lugar para el avance de la sociedad científico-cultural, en realidad es una cárcel, y todo aquello era producido por la imaginación del protagonista para no volverse loco. La conclusión del autor era que aunque salgas de la cárcel, estas igualmente metido en una cárcel mayor, y si sales de esa estás en otra aún mayor todavía. 

Creo que pasa algo así en la vida real, pero con el modelo de los institutos de secundaria. En los institutos se enseña la Educación Secundaria Obligatoria, es decir, que obligan a los chavales a ir a clase por ley. Pasan una serie de horas haciendo tareas repetitivas, con un descanso entre medias en un centro determinado y supervisados por otras personas. Después de pasar por ahí hay dos opciones, seguir estudiando pasando por tareas repetitivas, con un descanso entre medias en un centro determinado (universidad o seguir en el instituto haciendo formación profesional) supervisados por otras personas, o buscar curro haciendo tareas repetitivas, con un descanso entre medias en un centro determinado supervisados por otras personas. Al final es lo mismo. 

Las tipologías de persona también se repiten. Yo, por ejemplo, soy un friki en mi curro, en la universidad y en el instituto. Pero hay una tipología que me ha llamado la atención, y es la de malote. Un malote es una persona que, en el instituto, iba de duro, pero al final no deja de ser uno mas. Veo así a mucha gente, y no solo eso, sino que yo entré al trapo. Vale que tengo un aspecto de vikingo porque me flipé con la serie homónima, pero en parte también para que se me respete aunque no tiene ese efecto. Ponerse serio en las fotos, alardear de cuando le plantó cara a no se quien, ser el que mas bebe o se droga, hacer el subnormal para dejar claro quien manda o hacer pequeñas cosas ilegales con la seguridad de que no le van a pillar son algunas de tantas cosas que hacen. Pero que no os engañen. Todo ese rollo agresivo al final es pura fachada. Yo a estas alturas, con los huevos negros, ya me da igual. A veces me río de ellos en su cara, y no hay consecuencias. Otras las ninguneo, prefiero no perder el tiempo. Pero el intento de imponerse a la fuerza en plan machote como pasaba en el instituto ya no hace efecto.

Lo peor es que esto ha pasado de lo real a la ficción, y se ve por todos lados como un modelo a seguir, bueno, mas o menos, como una especie de filosofía. ¿Quién no quiere ser como Batman? Todo el día con el ceño fruncido siendo el que manda en Gotham. Me acuerdo de un póster de la serie The Walking Dead, en el que todos los protas estaban mirando al infinito con el ceño fruncido. Yo lo describí como "gente seria haciendo cosas". Pero siendo realistas, creo que estarían cagados de miedo, intentando sobrevivir como puedan en vez de con una actitud de que aquí manda mi polla. Se ve en todos los héroes, el bueno con cara y pose de malo.

Después de todo esto, todos vamos de malos cuando somos cada uno de una manera. Personalmente creo que soy lo opuesto a eso. No lo digo en plan rebelde ni nada de eso. Pero si que he adoptado una forma de ser que no pega conmigo y que no soy así vamos. Y se ve por todos lados, en vez de ser cada uno como es, todo el mundo va con esa coraza en plan, a mi no me chulees que te pego. Pero eso no solo es un espejismo, sino que es ridículo. Creo que es mas satisfactorio ser como uno es, yo lo estoy probando y voy feliz al curro. Hacía años que no iba feliz. Y si me chulean pues me defiendo, pero no voy proagresivo. Hay que superar la etapa del instituto, para dejarse de historias y empezar a vivir.

martes, 23 de enero de 2024

Sobre leer y escribir

Hasta hace poco no he tenido la oportunidad de coger el hábito de leer. La culpa la tiene el club de lectura del curro, que me hizo leer un libro al mes, incluso si no me gustaba. Los meses que no me gustaba el libro me leía ese y otro por mi cuenta, hasta que terminé por dejar el club y seguir yo a mi bola. Les tengo mucho cariño y sigo comentando lecturas con ellos.

La cosa es que siempre que he leído me ha ayudado a calmarme. Al final, mi cabeza que va a toda hostia y a mil cosas, tiene que ir al ritmo de mis ojos e imaginar todo lo que leo, por lo que todo pensamiento tiene que cortarse. Es como si llevara a mis neuronas al cine, y todas tienen que atender a la peli que ponen y callarse la boca. Además es que parece que todo recoveco de mi cabeza está atento a lo que pasa en cada línea, en cada tilde, en cada coma. Y eso es paz, al menos durante una hora mas o menos. Es una especie de meditación. En la universidad, leía poemas de Machado entre tema y tema para despejar un poco la cabeza, por ejemplo. Además que la imaginación se me dispara una vez acabo la lectura, lo cual es muy agradable. Últimamente también estoy aprendiendo mucho sobre cosas, cosas actualmente de psicología, nada académico, todo divulgativo, y le puedo dar explicación a ciertas cosas que me pasan a mí y a gente de mi entorno, sin la presión de tener un examen después de navidades.

Eso de imaginar siempre se me ha dado bien. Lo normal de pequeño era ver una peli, jugar a un videojuego, ver los dibujos e inventarme una historia con esos personajes junto a otros en otras situaciones. Las interpretaba, o bien con muñecos o como si fuera teatro de improvisación con mi amigo Manu. Yo era Goku y el Vegeta por ejemplo. Y al rato yo era un Action Man, y el Guile de Street Fighters. En la adolescencia me inventaba escenas absurdas de la gente para reírme de ella. Entrando en la adultez escribí alguna historia, algún poema, todo de forma bastante intermitente. Así he reunido un puñado de poemas y de relatos, los cuales siempre quiero reunir, pero me da pereza y me pongo excusas. Tengo varias ideas sobre hacer algún libro mas, y este año pasado hice el amago de escribir una novela con un resultado desastroso, pero me da igual. A veces la propia imaginación se me pone en contra, e imagino cosas mucho peores de lo que son en realidad, por eso no tengo que tomarme tan en serio las cosas.

Los poemas fueron el pilar de mi faceta de bohemio escritor fuera de la sociedad incomprendido y extraño, y exagerado. A día de hoy que no escribo ningún poema ni leo, la poesía me parece la hostia. Durante la universidad estaba desubicado, supongo que porque no sabía cómo era, lo de la triple excepcionalidad, y la poesía era mi vía de escape. Cuando no podía mas y la vida parecía aplastarme contra el suelo, por la noche, cogía papel y boli y empezaba a escribir. A mi por aquel entonces me parecía basura, pero le pegué una lectura hace unos años a mis primeros poemas y me encantan, algunos me he llegado a preguntar si los había escrito yo. Lo que hacía era algo parecido a lo que estoy haciendo ahora mismo, expresar lo que sentía. Ahora es mas reflexivo, pero entonces era pura emoción. Si no llego a escribir esos versos no se que estaría haciendo a día de hoy. Escribir diariamente por aquí bo solo me vacía la cabeza, sino que estoy aprendiendo a hablar las cosas con la gente, es una especie de práctica para la vida real.

Leer y escribir me han salvado la vida. Ahora además lo tengo como habito, y no lo voy a dejar. Leer me parecía una pérdida de tiempo, pero no solo me hace sentir bien, sino que a veces aprendo. Escribir es una forma de terapia, sana, quita las cosas de la cabeza para que dejen de dar vueltas. ¿Cuantas veces me pesaba el mundo y se ha quedado en una hoja de papel? Es decir, esa pesadez la cogía y la trasladaba a un papel, y ahí era yo el que podía con ella. Eso lo hacía casi en cada poema. Así que animo a todo el mundo a que haga al menos una de las dos cosas. Si puede ser las dos. Escribir puedo entender que es mas difícil. Pero leer, solo hay que dar con el libro adecuado, y a partir de ahí tirar del hilo.

lunes, 22 de enero de 2024

Narcisistas

Últimamente estoy hasta la polla de las actitudes narcisistas. Narcisista es un término del que estoy abusando desde hace poco mas de un año, y seguramente voy a seguir abusando. Y es que si no tengo gente cerca que sea narcisista, lo que tengo son pequeñas putaditas del estilo. En principio hoy me tocaba escribir sobre como me ha ayudado leer y escribir, pero lo que me sale de dentro es esto.

Imagina la típica persona que no deja de mirarse al espejo, que cada pelo lo tiene que peinar justo en un lugar determinado, tiene que vestir siempre bien, pone la misma puta cara del mismo puto lado en las putas fotos, tiene un séquito de pobres desgraciados, que a su vez hacen desgraciados a los demás, trata mal a sus ligues y se cree la persona que mejor hace todo del mundo, a pesar de que no sabe hacer la "o" con un canuto y los demás se lo tienen que hacer todo. Lo que he descrito, de manera subjetiva, es una persona narcisista de manual. Son gente que tiene el ego tan inflado que se creen dioses caminando en la Tierra, despreciando a los demás, sobre todo si tienen algo que ellos no tienen, haciendo que les sigan a todos lados como un gato un puntero láser para llenar un vacío existencial que jamas llenarán, y convenciéndolos para que les hagan lo que ellos no pueden hacer, ganando un beneficio material o de influencia, por medio de la mentira y la manipulación.

Ahora imagina que no es el o la guaperas que he dicho antes, sino una persona cualquiera, que a priori no parece un chulo, pero con los mismos aires de grandeza. Esos son los llamados narcisistas encubiertos, y se les da mejor eso de manipular, ya que carecen de un atractivo con los que engatusar a sus victimas, así que tiran de labia. Con estos hay que tener mas cuidado, ya que se "ocultan entre la multitud" como vampiros al acecho de su siguiente víctima.

Yo he sido víctima de varios de estos a lo largo de mi vida, no lo digo para dar pena, sino para dejar claro que tengo experiencia en tratar con semejantes seres. Lo que veo es que al final, hacen mucho daño, y dejan un vacío alrededor de ellos proporcional a su vacío interior. No hay que tenerles lastima, es lo que se merecen, porque si alguien que se da cuenta y se aleja vuelve, le vuelven a hacer daño. Y no es fácil salir. Yo he estado en un momento rodeado de varios de ellos, y salir me ha costado año y pico, aunque por lo menos ya no se cuela ni uno en mi vida. Se me ha encendido algo, un detector de hijos de puta o algo así, que me impide quedarme quieto ante ellos, que era lo que me pasaba.

¿Cómo me he recuperado? Primero alejándome de ese tipo de gente para que no me afecten, lo que se llama en psicología contacto cero, que además les jode. Lo segundo darme tiempo, podía ser un año o cinco, no lo sabía, pero si que sabia que tenia que parar y ya esta. Lo tercero era sufrir lo que tuviera que sufrir y aceptar todo lo que me pasó. Ahora estoy empezando a hacer y a sentir lo que creo que me merezco, aunque aún me queda camino. Lo digo por si a alguien le ayuda. Ya de paso, ve al psicólogo, te ayudará aún mas.

El problema con este tipo de personas no acaba ahí. Estas personas, tanto los narcisistas de toda la vida, aunque estos se les nota mas y la gente se pispa, como los encubiertos están aceptados por la sociedad, por el grueso de la gente, porque, y esto es gordo, la sociedad sigue un patrón narcisista. Es decir, todo el mundo intenta pisar a todo el mundo, mienten, manipulan, utilizan a los demás en beneficio propio. Yo estaba en esa rueda, en parte estaba cabreado por eso, y ahora he roto con tragar tanto con los narcisistas como con un modelo de vida que deja que esta gente campe a sus anchas.

Pero, uno solo, como lo estoy yo, mas que la una, no puede hacer nada contra el mundo. Y menos si el grueso de la gente se comporta de una forma que ni ellos saben que está éticamente mal, porque no reflexionan sobre estas cosas, ni tampoco en general. No se les puede culpar como tal. Digamos que son parte del problema, pero de forma inconsciente. Entonces, ¿qué sentido tiene ir a la contra? Ninguno.

Simplemente me he salido de la rueda del hamster por no tener un narcisista chupándome las energías, y porque no soy así.

viernes, 19 de enero de 2024

Aprender

Se podría decir que he dedicado la mayor parte de mi vida a estudiar, con desastrosos resultados. Ya en el colegio me costaba aprenderme la lección, pero entre hacer la tarea y aprenderme la lección diaria, que solía ser de una hoja, la cosa iba sobre ruedas.

El instituto fue otro cantar. Había mas tareas, mas lecciones y mi madre, que era la que me ayudaba a estudiar, me dijo en segundo año que como ella no había llegado tan lejos no me podía ayudar. Estudiar es memorizar, así que si que me podía haber ayudado, pero entiendo que quería que hiciera el habito de estudiar. Ese habito no lo he desarrollado nunca. De hecho, en cuarto de la ESO, la profe de física me preguntó que si me dedicaba a aprenderme las formulas, y yo respondí que solo si hacia problemas en las que se utilizaran, porque las escribía y así las memorizaba, pero no tanto al repasar. Así, según pasaban los cursos había mas cantidad que memorizar y peor se me daba, entonces sacaba peores notas.

Ya en Bachillerato, me di cuenta de que si comprendía me podía ahorrar una parte del estudio, ya que lo interiorizaba y se me quedaba en la cabeza. Pero seguía necesitando echarle horas hincando codos. Mis notas bajaron considerablemente.

Os podéis imaginar la universidad. Sin una rutina de estudio, ni técnicas de memorización, fue un calvario. Si a esto le sumamos la baja autoestima que tenía de la que ya he hablado, y que al sacar malas notas pensaba que daba igual estudiar que no, porque seguía sacando malas notas, dio pie a un bucle fatídico. Fui dando palos de ciego hasta que di con mi forma de estudiar, que necesitaba muchísimo tiempo, mucha organización, y requería de no tener muchas asignaturas cogidas. Consistía en habiendo ido a clase todos los días, y tras haber cogido bien todos los apuntes, una lectura comprensiva de todo ello, parándome e investigando como es cada cosa que no entendía. Tras esto, podía hacer una o dos, preferiblemente dos, lecturas rápidas para memorizar y afianzar conceptos, pero sin intentar memorizarlo, solo leyendo para refrescar. Esto lo hice con pocas asignaturas y al final de mi paso por la Universidad de Extremadura con buenos resultados, luego tuve que dejar la carrera.

Mas tarde comencé el módulo de gestión forestal, para aprovechar lo que ya sabía de la carrera y que no fuera una perdida de tiempo y dinero muy grande. No sabía que los módulos son bastante mas pragmáticos que las carreras y van mas al grano, enseñan oficios. Está bien aprender las partes de una motosierra con una foto, pero como mejor aprendes es desmontándola y poniéndola a punto. Ahí me di cuenta de que como mejor se aprende es con una base teórica a la vez que la aplicas. Puede que esto sea algo básico que todo el mundo da por hecho, pero cuando tienes la cabeza metida en el culo de la educación, no ves otra forma de estudiar o de aprender que hincando codos. Y eso que en la universidad hay prácticas, pero ni por asomo son parecidas. Estas mas pendiente de hacer las cosas bien que de lo que estás haciendo. 

En el módulo no todas las asignaturas tenían tanta parte práctica, y había que seguir a pico y pala con los apuntes, pero con mi técnica, que ahora era menos costosa, saqué buenos resultados. No los mejores, pero estoy satisfecho. Después he vuelto a intentar volver a la universidad estudiando matemáticas por la universidad a distancia y fatal. Vuelta a la teoría a saco, esta vez sin explicación en vivo, con unos libros mal explicados también, falta de organización... Un nuevo desastre. Esto de estudiar no es para mí... 

Hasta que he vuelto con un modulo de informática, tema que me interesa. Lo mismo, mas pragmático, pero con su parte teórica pura. Y me he dado cuenta de que estudiar no me gusta nada, porque estoy dejándolo para el final. Y que no es lo mismo estudiar que aprender.

La universidad es para mí una decepción, porque no enseñan a ser x oficio, sino unos contenidos relacionados con x oficio, hay que memorizarlos y dejar claro que los sabes en un examen. Aprendí muchas cosas, pero no tantas relacionadas con la biología. Actualmente aprendo mucho de psicología, aunque no de forma profunda, porque estoy leyendo sobre el tema, sobre juegos de mesa, un tema que me apasiona, viendo como juegan otros, jugando, sobre informática fuera del modulo, armando un ordenador, cambiando el sistema operativo, sobre literatura o cómics leyendo, fijándome en como cuentan las cosas, y un gran etc. También aprendo de conversaciones con otras personas, de interactuar, que antes era mucho mas cerrado. De hablar, de no callar. Y esto de aprender va para largo, mientras que estudiar ya va a pasar a mejor vida. No me queda otra que hacerlo con el módulo que tengo entre manos, y seguramente me la vuelva a pegar contra el muro de la universidad volviendo a intentar la carrera de mates, es lo que hay. Pero tarde o temprano dejaré de estudiar.

jueves, 18 de enero de 2024

Cabreado

Mi primer curro ha sido hace no muchos años en una tiendecita de mi pueblo. Estaba sacándome el módulo de forestal mientras que iba los fines de semana a la tienda, para sacarme un pequeño sueldo. Era sencilla de gestionar, tenia que reponer y limpiar la tienda, entre cliente y cliente. Como es un pueblo pequeño, los clientes no se acumulaban, no había estrés. Mis jefes me trataban muy bien, a día de hoy no tengo queja. Y un sueldo acorde a mis tareas.

Un día como cualquier otro, vino un cliente y al atenderle todo normal, excepto porque me dijo un comentario de que yo tenía que estar ahí currando. Ahí se me cambió algo. De repente ir a la tienda ya no era tan bueno como al principio. Ahora estaba atado, allí, y no podía salir. Realmente no cambió nada. No empeoraron las condiciones. No me pagaban menos. Lo único que cambió fue mi punto de vista. Por suerte, actualmente, mis recuerdos son muy positivos.

Tras acabar los estudios, entré en el almacén en el que estoy ahora. Estaba acojonado. El primer día sentía las pulsaciones de mi corazón y pensaba que allí mismo me iba a dar algo y que me iban a echar, pero no. Cuando llegué al departamento y estuve unos días allí, la actitud era de equipo, y yo quería ser parte de ese equipo. Fueron unos meses donde cada día era emocionante. Hablo de un almacén donde lo que hacemos es coger cajas. Pero al ir todos a una era una sensación de pertenecer a algo, de tener un objetivo. Sin olvidar de lo mas importante, el buen rollo que había entre todos. Estábamos siempre de risas, bueno, yo mas tímido, pero igualmente me contagiaba.

Desde hace un tiempo hasta ahora, voy cabreado a trabajar, y allí me pongo mas cabreado todavía. Sobre todo por el ambientillo que hay allí, del que yo formo parte, ojo. Hay muchas críticas, mucho ánimo bajo, etc, no diré mas. La cuestión es que el ambiente se me pegó y no solo estoy yo de bajón, sino que lo provoco a los demás, y eso no es bueno. Me di cuenta hace poco de que yo no soy alguien así, en parte hablando con algún compañero que sigue con el buen rollo, en parte por leer y estar informado. 

Por otro lado, el click que me dio fue al recordar un par de cosas del pasado. Recordé en el bar tomándola después del curro, que en la universidad estaba enamorado de una chica que se iba a ir. Ella no creo que sintiera lo mismo por mi, pero nos llevábamos bien. No le dije nada y le deseé que le fuera bien, porque no quería afectar de alguna manera su viaje. Lo hice porque sentía algo por ella, y no me arrepentí ni me arrepiento. Eso a día de hoy es dificil que lo haga, me he vuelto mas egoísta, pero aun así, recordé que era de esa manera, ese era mi verdadero yo. Unos días mas tarde, hablando con mi amiga Ana de Badajoz, me enseñó un poema mío recitado por ella y me emocioné. Alguien no se había olvidado de que yo escribía, había llegado a alguien con ese poema, y encima a mi amiga, y eso y la conversación que tuvimos me devolvió a como era antes, volví a ser como tenía que ser yo. Gracias, por cierto. A partir de ahí quise cambiar mi forma de ver las cosas. Resumen rápido, sigo cabreado, pero menos.

Desde hace meses estoy tratando de aceptar todo como es, sin intentar cambiarlo, al menos ese es uno de los pilares mas básicos de la filosofía estoica. Como dice un colega, que me la sude todo. Tampoco lo veo así, pero si que no implicarme personalmente en todo lo que se me cruce. Si veo un problema, no tengo porque solucionarlo yo. Si veo una injusticia, no tengo porque indignarme, como mucho reportarlo y ya está. No puedo aplicar esta filosofía siempre porque el cabreo es mayor que todo, pero lo intento, de verdad.

Quitarme todas las cosas que me generan malas sensaciones ha sido un acierto. Desde las redes sociales a tomar distancia en otros aspectos, hasta criticar menos y escuchar menos cotilleos. Al final solo generan malos rollos y eso no da nada bueno. Mi objetivo, no dar cotilleos ni criticar a nadie, porque escucharlos es inevitable.

El primer año en este curro, cuando pegó el bajón después de navidad, a mi me mandaban a otro departamento a ayudar empujando un carro lleno de cajas pesadas detrás de una maquina. Y a mi me gustaba. Me decía a mi mismo que iba a aprender otro proceso de la nave, a conocer a gente y a salir de mi departamento para despejar la cabeza. En estos años todo me parecía una mierda. Actualmente, por suerte, algunos de mis compañeros me han invitado a dar un giro sobre como tomarme las cosas, aparte de informarme por los interneses, y si, la psicología positiva es necesaria para no entrar en un bucle de verlo todo mal, pero sin pasarse, eso si, recuerda que hay que aceptar que las cosas son como son, no vomitemos arco iris, por favor.

Así es como estoy acotando mi cabreo crónico, cuya fuente viene por todos lados y es imposible marcar una línea, pero si que se puede torear, o al menos eso estoy intentando.

miércoles, 17 de enero de 2024

Triple excepcionalidad

Creo que para que se me entienda un poco mejor tengo que explicar un poco porque soy como soy, ya que soy raro de cojones. 

Tengo lo que he denominado es triple excepcionalidad, que significa que soy excepcional de tres formas. Eso, que suena de puta madre, no deja de ser algo que si no te lo enseñan desde pequeño puede llegar a complicarte la vida. En mi caso, descubrí uno de los rasgos a los veintiséis años, y menos mal, gracias a un antiguo amigo mio profesor de universidad. 

Algo que sabía, pero que no hacia mucho caso, era el hecho de que soy introvertido, que para los que no lo sepáis es algo así como ser tímido. Aunque va un poco mas allá, porque no va de tener miedo al rechazo, sino de gestionar la energía. Interactuar con la gente me consume mucha energía, así que tengo que recargarla haciendo cosas solo, y tengo que seleccionar muy bien con quien gastar esa energía, porque cuesta tiempo. Tampoco me gusta ir con mucha gente porque sino la energía se me iría muy rápido. Ser así es una decisión que uno toma de pequeño, pero de forma inconsciente, así que si uno no lo sabe, va a intentar hacer esfuerzos por ser mas extrovertido con resultados desastrosos. Y es que ser introvertido la consecuencia natural de la siguiente característica.

Soy una persona altamente sensible, o PAS, que significa que tanto mis sentidos como mis emociones están a un volumen muy alto, y no puedo bajarlo. Esto nos da un montón de estímulos a los que somos así, por eso nos agotamos rápido y optamos por estrategias como la de la introversión. En mi caso, como soy un hombre y no tengo que expresar mis emociones, el hecho de no saberlo, y de no darme cuenta, me han pegado un montón de bajones, porque me he llenado de estímulos, me sobrecargo y la cabeza baja las revoluciones y me deja atontado. Esta característica si que es propia, una cualidad que tengo desde que nací y no la puedo cambiar, ni yo ni nadie. ¡Ojo!, que sea de esta manera no significa que me gusten las florecitas y las mariposas, aunque si la poesía y leer.

Por último, tengo altas capacidades, que es superdotao de toda la vida. Este rasgo es el que detonó que yo era diferente. Yo cuando llegué a la universidad pensaba que era tonto, ya que apenas saqué el bachillerato, y pensé que de alguna manera me había colado en el sistema universitario y era de lo peorcito que había en la carrera. Años después conocí a un profesor que también es superdotado y me ofreció hacer un test que me diagnosticó que era "mu listo". También me guió durante varios años, le tengo un agradecimiento de por vida. De descubrir esto, pasé a descubrir que era PAS, ya que van muy ligadas, y a darle importancia a ser introvertido.

Ser superdotado va mas allá de solo ser muy listo, es pensar de forma diferente al resto. No es una cuestión de cantidad sino de calidad. Es ser de otra manera, razonar por otros caminos. Yo pienso muchas veces como si estuviera soñando, en imágenes, o las palabras como si las escribiera. A veces voy tan rápido que mezclo palabras. Y si esto no se cuida desde una temprana edad da lugar a una baja autoestima, que es lo que me pasa a mí, ya que al no explicarme nadie como soy, todo lo que hago está mal y, por tanto, soy tonto. Tranqui, estoy trabajando en ello, esto tampoco es una llamada de atención. También pensaba que tenía asperger porque no me relaciono bien con la gente, pero recuerda, soy introvertido y PAS, es normal.

A todos los problemas añádele el rechazo de la gente por ser diferente, y además con una etiqueta, porque físicamente no tengo nada raro. Aún así, no lo cambio por nada. Cada pequeño detalle que me acepto es muy satisfactorio y me lleva al camino que debería haber recorrido, aunque sea costoso llegar.

Lo llamo triple excepcionalidad, no porque sea especial, ni mucho menos mejor o peor que nadie, sino porque tengo tres características muy diferentes a lo que es normal. Puede que ser introvertido no sea una característica intrínseca, y hay cosas comunes entre PAS y altas capacidades, aunque son independientes, pero está claro que son algo dificil de encontrar, y que lejos de rechazarlo habría que acoger a este tipo de personas, yo soy una por cierto, no vaya a ser que se te olvide.

Por eso, si eres padre o madre y sospechas que tu hijo va un poco a su bola, no le pasa nada, pero conviene que lo lleves al psicólogo y os dejéis llevar por el para que tenga una vida sin problemas. Mis padres no tenían el conocimiento ni la cultura de salud mental que hay ahora, e hicieron lo que pudieron. Y si eres adulto y lo sospechas, trata de solucionarlo, ya que aunque es un largo camino, las cosas vuelven a tener sentido.

martes, 16 de enero de 2024

Sobre escribir todos los días y el lunes azul

Hace poco me vi una entrevista a el Mago More, que así dicho no te va a sonar, pero si le ves seguro que sabes quien es porque aparece en la hora de José Mota. Es una persona interesante porque no para de hacer cosas. El caso es que una de las cosas que hace es escribir un correo al día para las personas que se apuntan a recibirlo, claro, y así te enteras de las cosas que va haciendo y de algunas reflexiones que hace y tal. Habla sobre aprovechar el tiempo y empresas, para quien le interese. A mi me interesa.

Por otro lado he pillado un par de consejos. Uno de la propia filosofía estoica que consiste en reflexionar sobre lo que me ha pasado a lo largo del día. Y otro lo he cogido de un método para ser mas positivo, el cual consiste en pensar en algo positivo antes de dormir.

Mezclando lo del More, con lo del párrafo anterior tengo que voy a intentar escribir todos los días. Me parece un reto guapo, para quitarme cosas de la cabeza y quedarme a gusto. A ver cuanto duro.

Y el tema a tratar tiene que ver con el Blue Monday, o como yo digo el lunes azul, a mi que me dejen de historias. Se trata del lunes mas triste del año y nosequé. Estas cosas no me interesan, me la pelan, pero es que este finde, y este lunes si que he estado como apagado. No soy la persona mas feliz del mundo, y mas últimamente, pero no suelo estar tirado en el sofá. Lo que hago es estar en el sofá haciendo cosas. Y, pensándolo bien, creo que estoy así por estar sin interactuar con gente

No, esto no es una llamada de atención para hacer amigos. Soy una persona bastante solitaria, me apetece muchas veces hacer cosas solo, y no me importa ir al cine solo o salir a dar una vuelta. Pero, desde que vivo solo creo que tengo mi soledad bastante satisfecha, así que me dan ganas de hablar con la gente, pero si no tengo a nadie a mano, voilá, me siento solo.

Y es que hay dos clases de soledad, la que a uno le viene sola, y la que uno busca. La soledad que uno busca, al menos para mí, es fácil, me pongo a leer por ejemplo. La que a uno le viene sola se da con un montón de gente alrededor con la que poco tienes que ver, o por el contrario, con nadie alrededor, y es muy dificil de solucionar. Y de ahí me viene la tristeza de este lunes azul.

¿Qué puedo hacer si me siento solo sin buscarlo? Ni idea. Lo ideal sería encontrar peña con mis mismos intereses, pero no es fácil encontrar mas frikis, sobre todo porque, según mi intuición, están como yo, acojonados del mundo en sus casas a buen resguardo.

La otra solución es mas asequible, pero mas dificil para mi, y es aprender a socializar, algo complicado para un friki tímido como soy. Aunque, en mi viaje a Barcelona puede que diera con la respuesta a este rompecabezas. Estuve con un montón de frikis jugando frikadas, y en una conversación salió el tema de que no encontrábamos peña para jugar a juegos de mesa, y que si la encontrábamos peña no la conocíamos y no entablábamos una amistad. El anfitrión de la quedada nos dijo que era fácil, lo que teníamos que hacer era ir a una tienda de juegos de mesa, por ejemplo, presentarnos, preguntar a que juegan y decir si puedes jugar. A partir de ahí ya tienes amigos frikis con los que jugar. Puede que aplicar esa filosofía al día a día sea una buena idea, solo que tengo que cambiar a la gente con los mismos gustos por cualquier persona, y preguntarle cosas, cosas en general, en vez de intentar llevar mis gustos a los demás. La cosa es probar.

Hilando con lo de escribir todos los días, en parte, también lo hago para hablar, de manera indirecta y menos satisfactoria, eso si, con quien me quiera leer, y así me quito un poco de soledad, y puede que a quien me lea también.

viernes, 12 de enero de 2024

La muela

Me acabo de arrancar una muela. Bueno, media muela. No es coña. Llevaba días moviéndose, después de que decidiera masticar fuerte con ella para ver si se partía de una vez o que pasaba con ella, y después de ver que no hay cirujanos dentales que cubra mi seguro medico unos 50 km a la redonda, decidí tirar de ella, con resultados no solo no sangrientos sino que tampoco dolorosos. 

¿Y esto a que viene? Pues se supone que va a ser una historia con moraleja, así que puede que te la pele. Lo se, no todo tiene un aprendizaje ni una enseñanza ni nada, a veces las cosas pasan y ya esta, que esto es una puta muela, tengo 6 o 7 mas, pero, ya que he roto el miedo al folio en blanco, te explico.

Hace unos 4 años mas o menos, entré a trabajar a un almacen de Amazon, y en cuestión de meses me dieron la formación de abrir y cerrar muelles junto con la formación de la maquinaria para transportar palets, que allí llamamos PITs. Ambas se usaban conjuntamente, ya que había muchos tiempos muertos en el puesto de abrir y cerrar muelles, así que había que aprovecharlos ayudando con la PIT. Ambos puestos se ejercían con un walkie talkie, por lo que yo me ponía muy nervioso, ya que todo el mundo hablaba por ahí y no sabia bien lo que tenía que hacer. Los nervios se me agarraron a las muelas del juicio, que empezaron a salirme, y una de ellas empujó a otra, y esta a la que me acabo de sacar, y estuve unos meses con las muelas jodidas, moviéndose por todos lados. Un día medio se me colocaron, pero era un hueco no lo suficiente grande para las tres, y todavía había movimiento. Una reflexión así fuera del tema, que extraña es la carne de las encías, a veces es blanda y a veces dura y fija las muelas en su sitio, no lo entiendo, pero es fascinante.

A lo que iba, un tiempo después, harto de que tuviera las muelas haciendo lo que quisieran, y falto de higiene bucal y cultura de ir al dentista, decidí apretar los dientes hasta que encajaran las muelas. No fue la mejor decisión de mi vida. Fue doloroso, pero encajaron. Todo en su sitio, menos un cachito de la muela en cuestión que saltó, pero, ya he dicho que mi boca la tengo bastante descuidada (si, si, que puto asco, me da igual) y no sabía que si una muela se parte se empieza a picar hasta que se va partiendo. Eso lo supe meses después. Estaba pensando en ir a un dentista cuando un virus infecto a todo el mundo y nos tuvimos que quedar en casa, y cuando todo pasó ya tenía un tercio de una muela que no me daba mucha guerra. 

Eso estuvo así hasta que hace unos días decidí masticar con la muela mala un cacho de chocolate al 82% con almendras a ver que pasaba, porque estaba cansado de masticar con cuidado y lo que pasó es que volví a tener 7 años: se me movió la muela y eso no paraba, pero yo contento. Ayer conseguí que se moviera mas, y hoy ya he tirado con un poco de miedo, pero la sensación no era de dolor, sino de que algo se salia de donde debía estar. El caso es que teniéndola medio colgando y después de llamar a un dentista que no podía sacarme la muela, he decidido hacerlo con mis propias manos, e ir después a por un poco de enjuague bucal para que no se me ponga un flemón.

¿Y esta turra que tiene que ver con aprender de la vida? Pues que ahora estoy en pleno conocerme a mi mismo y atreverme a hacer ciertas cosas, y esto de la muela era un problema, que aunque me estaba molestando durante mucho tiempo no lo había resuelto, lo había dejado ahí y estaba llendo con cuidado para que no empeorara, en vez de, literalmente, arrancarlo de raíz. Ahora, el problema se ha resuelto, pero con ciertas consecuencias. La primera es que no me molesta mas. Las otras son negativas a corto plazo, pero que se irán con el tiempo. Son que ahora tengo una pequeña herida en las encías, así que cuidado, y la segunda que tengo que aprender a masticar con un hueco entre varias muelas, creo que consecuencias asequibles. Que dicho de forma moralejistica o algo así, que no hay que tener miedo por poner fin a un problema, porque las consecuencias son menores que el propio problema en si, así que, para el próximo no me la juego, paso de aguantar, voy a lo importante y lo soluciono, y me ahorro tiempo de sufrir, asumiendo que generará pequeños problemas menos graves.

Vaya turra, tenia ganas de escribir. Feliz año.